UNA VACA EN ARRIENDO

   Durante todo un año me ha estado rondando por la cabeza cual sería la mejor manera de ayudar a todos los miembros de esa gran familia que el pasado año dejamos atrás. Tenía que ser de alguna manera sencilla y económica y que les permitiera mejorar su calidad de vida y su estado nutricional sin alterarles ni las costumbres ni su medio.

Un año después volvimos a la casa y allí todo seguía igual. Una prima que se había casado y se había ido con su marido dejando a la hermana menor con 11 años en la vivienda, otra prima que se había instalado junto con su marido y su bebé porque no tenían nada para poder alimentarse. Y el resto de niños un poquito más barrigones pero que de talla parecía que había pasado un mes en lugar de un año.

Una amiga mía que iba a inaugurar una tienda durante nuestro viaje me dijo que quería emplear el dinero de su primera venta en mandar ayuda para esas gentes, pensamos que sería una buena idea comprarles algunas vacas para ayudar a esa gran familia.

Cuando hablamos con la familia y antes de llevarles las vacas nos enteramos que la vaca que había estado malalimentando a esa familia no era de su propiedad, sino que esa vieja vaca con cataratas era una vaca en arriendo que les entregaron cuando era pequeña y que ellos se encargan de cuidar y alimentar a cambio de la mitad de la leche que produce.

Y así Classtock Classic que así se llama la tienda outlet de mi amiga pagó el précio de dos vacas y nosotros de otras dos, con lo cual les proporcionamos a esas gentes recursos suficientes como para poder sobrevivir durante muchos años.

A las vacas las bautizamos con los respectivos nombres de nuestros hijos.
  Muchas gracias a Patricia, Claudia, Jesús padre y Jesusete por hacer posible un sueño en Etiopía.